La Gran Fiesta del Videoclip

Esta es una recreación de una entrega de premios personal, una selección de lo que, según mi criterio y mis gustos musicales, son los mejores videoclips, desde el comienzo del siglo XXI hasta hoy.

Premio a mejor dirección artística:
Gotye - Somebody That I Used To Know (feat. Kimbra)




Premio al videoclip más emotivo:
Johnny Cash - Hurt



Premio al mejor videoclip de animación:
Gorillaz - Feel Good Inc



Premio al videoclip más psicodélico:
Tame Impala - Feels Like We Only Go Backwards



Premio al mejor videoclip español:
Extremoduro - Stand by



Premio al videoclip mas festivo:
Calle 13 - El Aguante



Premio al mejor videoclip de rap español:
Foyone ft. Akapellah - Presidentes



Premio al mejor videoclip de rap americano:
Cypress Hill - Insane In The Brain



Premio al videoclip más temático:
Green Day - Basket Case



Premio al videoclip más cachondo:
Neng de Castefa - Que pasa neng


Premio memoria audiovisual:
The Cranberries - Zombie

Para este videoclip extra he elegido una canción que, a pesar de no haberla usado en mi código fuente audiovisual, me inspira mucha nostalgia, a parte, me gustaría rendirle un pequeño homenaje a la vocalista de The Cranberries, Dolores O'Riordan, que lamentablemente falleció hace apenas más de un año. La primera vez que la escuché tendría 8 o 9 años, y no entendía del todo el mensaje que querían transmitir, pero aún así me enamoré de ella. 11 años más tarde esta canción me sigue poniendo los bellos de punta, y no solo por la melodía, sino que contiene un mensaje hermoso que te hace reflexionar, algo que lamentablemente falta en la música de hoy en día. Actualmente vemos chavales con aires de sicario que exhiben orgullosos lo malos que son, y por desgracia transmiten esos valores a los jóvenes que lo escuchan, lo que creo que en cierto modo está violentando a parte de la sociedad. La música es una herramienta excelente, puede servir para educar y concienciar a la gente, algo bastante evidente cuando echamos la vista atrás, por ejemplo a los años hippies y vemos a toda una generación que basaba sus principios en el amor, la paz y la empatía, una generación comprometida con la naturaleza y en la que no había cabida para el odio. 
Sin embargo cada vez vamos a peor, y lamentablemente a los cantantes de géneros de moda como el reggaetón o el trap les interesa más contar sus hazañas sexuales o sus ajustes de cuentas que cualquier otra cosa. Lo cual me hace pensar, la culpa no recae solamente en ellos, que intoxican a los jóvenes,  sino en esos mismos jóvenes, que consumen este tipo de música, que alimentan estos principios y que son los que cierran un círculo vicioso del que espero salgamos algún día, yo mientras tanto seguiré disfrutando de la música de aquellos años y que me quiten lo bailao.

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